A pesar de su amplia distribución en el hemisferio norte, resulta muy
rara en la Península Ibérica. Es una especie que habita en cursos de agua, charcas,
manantiales, fuentes, etc, siendo sus mayores amenazas los incendios y las sequías, a lo
que hay que añadir las canalizaciones de agua, las "obras de mejora" de fuentes
y limpieza de cauces, que la han llevado a un estado crítico, siendo probable su
desaparición en los pocos lugares donde aún subsiste.